En esta serie de retratos se busca captar algo de ese elemento humano que queda obviado en el mundo digital donde el sujeto tiene la capacidad de proyectarse arbitrariamente como él desea ser visto, no necesariamente como es. Son retratos de diferentes personas, enfocados en documentar lo más auténticamente posible sus expresiones o emociones y cómo éstas varían de sujeto en sujeto. También tienen como fin situar al sujeto fuera del alcance de las herramientas digitales que le permiten cumplir con sus expectativas a la hora de proyectarse ante el receptor. De esta manera el sujeto no se presentará como quiere ser visto, sino como yo puedo visualizarlos. Es por esto que la obra empieza para mí una vez comienzo a tratar directamente con el sujeto, momento donde se presenta la ironía de sentir incomodidad frente a algo a lo cual regularmente están acostumbrados: un retrato. La diferencia radica en que, en esta ocasión, el sujeto no tiene control ni certeza del resultado.